viernes, 9 de noviembre de 2012

Días raros y guitarrismos


Esta ha sido una semana bastante tranquila por BPP Fitzwilliam, dado que los adorables estudiantes estaban en semana de exámenes y no ha habido clases. Me he pasado todos estos días prácticamente sin nada que hacer y con el proyecto de las fotos del Staff de BPP. 

La verdad, ha estado guay recordar que hago fotos por un ratito, además de que la experiencia me ha hecho coger más confianza con muchos de los profesores de la uni, que antes no me saludaban y ahora han pasado a dirigirse hacia mi con el ya tan conocido "my darling" o "dear" tan ingles. 

Pero aún así, no ha sido una semana de buenas noticias. Estoy pasando algunas inquietudes respecto al futuro de mi agencia con la BPP y además he recibido la noticia del fallecimiento de una persona conocida. Últimamente estoy más sensible de la cuenta con esos temas y estas noticias me hacen revolver cosillas por dentro. Pero bueno, es inevitable, todos lo sabemos: la vida tiene que ser un equilibrio de cosas geniales y cosas que duelen. De vez en cuando viene una dosis, a veces más grande o a veces más suave, de días tristones. 

Hoy más que nunca, cuando he salido del curro, tenía la imperiosa necesidad de tocar mi guitarra. Pero no hay guitarra que tocar. Así que, decidí darme una vuelta por una tienda de guitarras que encontré por casualidad mientras tirábamos currículums por Oxford Street. Había visto una oferta muy buena de una guitarra electroacústica por 175 pounds e igual podía pedir un "pago racionado". 

El caso es que llegué, resultó atenderme una muchacha muy adorable que me estuvo haciendo probar media tienda, desde las caras a las baratas. He de decir que ya solo esa experiencia me vino de perlas hoy, pero cayó en mis manos una guitarra maravillosa y decidí que, aunque no ahora mismo, tenía que ser mía. 

Así que he dado una entradita por ella, y la voy a pagar de a poquito mientras ellos me la guardan. La guitarra no solo suena genial sino que es muy bonita. Es la Yamaha Apx500II. El caso es que estos adorables seres vendedores de música me han dicho que puedo ir todos los días si quiero a "verla" y tocarla allí. Así que igual, después del curro me paso a verla de cuando en cuando hasta que sea mía. Resulta que el buen hombre que lleva la tienda es español (me ha calado el acento en 0,2, lo cual no es demasiado sorprendente) y la verdad es que, entre una cosa y la otra, me han alegrado la tarde. 

Volvía para casa con una sonrisa en la cara y una ilusión tremenda por mi guitarra nueva. Incluso por la tontería de ir a tocar a la tienda después del trabajo. ¿Por qué? Pues no lo sé. Pero para qué preguntarse tonterías si lo que importa es el efecto. 

Y ahora, veamos un pequeño test a esta maravillosa guitarra, protagonizado por un cretino random con complejo de Justin Bieber. Lo siento por esa parte, pero eh, dejemos que sea ella la protagonista de este video y hagamos la vista gorda. 



Vale, y ahora un test de verdad XDDD

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