sábado, 26 de abril de 2014

Amazing




Es asombroso. Con un simple parpadeo, finalmente ves la luz. 
Es increíble, cuando llega ese momento en el que sabes que estarás bien. 



A veces hay que tocar fondo, hay que estar perdido, hay que sangrar y hay que desear no existir para darse cuenta de que, a pesar de todo, existes. Y que a partir de ahora le pueden dar por el culo a cualquiera que crea o piense poder opinar sobre cómo decides repartir la vida y el tiempo que tienes. Uno pierde mucho la perspectiva de las  cosas importantes cuando se vuelve adulto. Muchas personas piensan que eres inmaduro si no te importa el dinero, no te importa ser alguien o no te importa una mierda mantener un estatus, un estado de lo que se considera en esta sociedad "bienestar". 

A mi nunca me han importado una mierda el dinero, el prestigio, el ser mejor o peor. Me he limitado a existir, a experimentar cosas que me hacían sentirme viva. Es la propia vida lo que me interesa, los diferentes caminos, las experiencias. Las personas, por muy peligrosas que sean, por mucho daño que puedan hacerte.

Hay heridas que no curan rápido. Puedes elegir barrer debajo de la alfombra o puedes abrazarlas. Puedes elegir aceptar el dolor, porque, total, cuando uno realmente siente dolor casi siempre tiene que ver con una persona irremplazable en tu vida que te hace daño. 

Y si es irremplazable, se supone que esa persona tiene que doler. Que todos esos años se ha ganado el privilegio, el derecho a que duela. 

Me parece justo. Que duela entonces. No me importa. Lo aguantaré. 

Y luego seguiré mi vida, como yo quiera vivirla, tomaré decisiones, me equivocaré, seré imperfecta y no me importará nunca, nunca, la opinión de nadie más que la mía y la de aquellos (muy pocos) que se han ganado el derecho a importar. Así seguiré, porque no se vivir de otra manera. 

Porque siento que es así como la existencia merece la pena, con sus subidas, sus bajadas, sus montañas rusas emocionales y esos parpadeos, en los que de repente se ve un hueco entre tanto gris por el que entra la luz y sabes, por primera vez en mucho tiempo, que estarás bien. 



1 comentario :

Mitocacattiva dijo...

Siempre supe que acabarías por estar bien, que solo era cuestión de tiempo, y de ovaros. Igual que tú lo sabías de mí. Porque en el fondo somos igualitas, luchadoras, buscavidas, las dos somos de esa clase de personas "raras" y privilegiadas a las que no les importa lo que piensen los demás´(salvo muy pocos, y a veces ni siquiera eso), que lo realmente importante es lo que tú pienses de tí mismo, poder enfrentarte cada día al espejo y sentirte orgulloso de lo que ves ahí. Y si además, alguien de los pocos importantes también se siente orgulloso de ti, pues ¿Qué mas quieres? Es el mejor empuje para seguir adelante. Y yo me siento orgullosa de ti, siempre lo he estado. pero ahora muchísimo más. Te quiero muchísimo, nena.