sábado, 11 de junio de 2011

Horario de verano


Últimamente, vivo en horario nocturno. Tengo el sueño completamente cambiado, pero supongo que me lo puedo permitir. Hoy me he pasado la noche viendo una serie que me recomendó mi querida madre, llamada Downton Abbey y que me está gustando muchísimo. Lo malo es que de momento solo ha salido una temporada.

Es curioso, porque me ha hecho plantearme algo que me dijo una amiga mía hace un mes y pico. Me dijo que lo que tenía que hacer era dejarme de tantos miedos y lanzarme a los brazos de una persona, porque si seguía siendo así acabaría quedándome sola. Me afectó cuando me lo dijo, porque no es una persona cuya opinión me tome a la ligera, pero lo maduré seriamente.

El caso es que en esta serie, una de las protagonistas me recuerda un poco a mí, quitando la parte de que es un poco estúpida la pobre y yo soy un encanto (cuando quiero : D) a la chiquilla le está costando cosa mala decidirse a prometerse con un pedazo de maromo rubio con los ojos azules, inteligente, abogado, de lengua afilada y sonrisa profident. Y todas las personas que tiene alrededor piensan que es idiota por no decir que sí y pensárselo tanto, incluso ella misma. No puedo evitar tenerle cierta simpatía aunque a veces dice cosas que me incitan a meterle un calcetín sucio en la boca.

Quién sabe. Las dos asumimos que a lo mejor, por cabezonería, por miedo o simplemente por nuestro carácter difícil, acabaremos quedándonos "solas". Pero preferimos pensar que llegado el momento, si tenemos que hacerlo, lo sabremos. Y que si no... nos buscaremos la vida sin ayuda, gracias.

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