lunes, 27 de febrero de 2012

Sonidos de madrugada


Son las cinco de la mañana, y el único sonido que me llega a los oídos por la ventana es el de algunos pájaros que empiezan a canturrear. Al escucharlo no puedo evitar recordar algunos sonidos que me inspiran a la libertad.

Me ahogo entre los límites de esta ciudad. Sevilla está acabando conmigo.

Tengo tantas ganas de ser libre que cada semana me cuesta mucho más trabajo soportar el paso lento de los días. Se que solo son unos meses más, que van a ser meses muy duros y de mucho trabajo.

Pero yo lo único que quiero es coger la carretera, perderme lejos de Sevilla y respirar el aire fresco de algún lugar alejado del tránsito y de la civilización. Respirar aire de verdad y no esta mierda contaminada que se estanca en mis pulmones. Colgarme una mochila al hombro, con un bocata y una botella de agua y andar y perderme por cualquier rincón verde. Meter los pies en algún charco rioforme y acabar bañándome en el agua helada. Asustar insectos con un palito. Rebozarme en arena. Despertar al aire libre mientras me llegan los primeros sonidos de la mañana.

Lejos de gente idiota, de capullos amargados, de semiartistillas contemporaneos... en fin. Lejos de gente siendo gente.

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