miércoles, 26 de noviembre de 2014

Sevilla


La verdad es que, ahora que se acercan estas fechas tan tontas, incluso cuando nunca he sido una persona navideña, echo mucho de menos Sevilla. Por supuesto echo en falta a la gente, a mi familia, a mis amigos... pero también tengo un pequeño ataque de nostalgia por lo que va siendo la tierra. 

Hace dos meses que dejé Londres, pero no la echo de menos. Sin embargo, cuánta razón tienen los que dicen que no se echa de menos algo hasta que se pierde. Este va a ser ya el tercer año que no voy a Sevilla en navidad y aunque los anteriores fueron un poco complicados, la morriña empieza a pesar un poco. 

Hay algo en las calles del centro, con sus lucecitas, que le da encanto. Me imagino paseando por la Avenida de la Constitución, escuchando a mi amigo el coleta tocar el violín o a la loca que se ponía a cantar de forma random. Recuerdo conciertos de órgano en la catedral, compras de regalos navideños y cafés en el café de indias que hace esquina al lado de la catedral. 

Si pudiera ir, pasearía por detrás del ayuntamiento, perdiéndome por las estrechas callecitas hasta llegar a la plaza del pan. Incluso no me importaría sentarme en las escaleras de las dichosas setas. 


Siempre, toda mi vida había querido irme a virir a otro país. Conocer mundo, exprerimentar, tener una idea de cómo era vivir en otro sitio. 

Pero cuanto más pasan los años me voy dando cuenta de una cosa: que no importa dónde esté, cuantas personas conozca, cuantos sitios visite y cuantas experiencias maravillosas tenga. 

Una gran parte de mi corazón siempre estará en el mismo sitio, esperando el regreso de la otra mitad. 




1 comentario :

Mitocacattiva dijo...

Hay un refrán que dice "A tu tierra grulla, aunque sea con una pata"Y si esa canción es bonita, yo casi me quedo más con esta
https://www.youtube.com/watch?v=sKVTeObLrNQ

Hace poco una seguidora que estudió aquí y ahora está en Barcelona me dijo que se puede dejar Sevilla, pero que Sevilla nunca te deja . Estoy de acuerdo.