jueves, 2 de abril de 2015

Lazos fuertes



Es curioso cómo pasa el tiempo y cómo una se vuelve adulta sin darse cuenta. Quizás pensaba que lo era antes de serlo pero ahora se que no, que eso solo llega con las experiencias y no con los años. Se crece, se madura y por desgracia, en general suelen ser las malas experiencias las que te curten, las que te hacen ser consciente de que la cosa está bastante difícil por ahí. 

Es curioso, siempre te preparan, desde que eres pequeño, para 'lo que hay ahí fuera'. No te suelen enseñar que las cosas peores son las que vienen de dentro, del círculo seguro en el que te apoyas como si fuera inamovible. 

Y es cuando todo tu mundo se tambalea desde los cimientos que aprendes de verdad lo que es sobrevivir y el significado de salir adelante. Uno no sabe de lo que es capaz hasta que no tiene que reconstruir su vida desde los cimientos. 

Cuando una persona que quieres y a la que conocías hasta ahora tiene que pasar por esa experiencia que tu ya conoces, se abre un campo nuevo de comprensión entre las dos. Eso me ha pasado hace poco con mi mejor amiga. 

Ella siempre ha sido una persona fuerte. Segura de sí misma, mucho más que yo. Firme en sus posiciones y bastante atípica para su tiempo. La vida la ha puesto a prueba y yo la he visto levantarse tantas veces en los últimos meses que cansaba solo de verlo. Sin embargo ahí esta. En pie. 

Se que yo jugué mi papel. Le conté la teoría, le dije cómo funcionaba eso de levantarse. De no ponerse más piedras en el camino de las que ya te han puesto. De venirse arriba poco a poco y apretando los puños y los dientes. Pero nunca, nunca imaginé que lo pondría en práctica con tanto estilo, con tanta fuerza y mucho, muchísimo mejor de lo que he visto hacerlo a nadie nunca antes. 

Me hace sentirme orgullosa. Hace que tenga ganas de comerme el mundo, de ser fuerte, de recuperar el control de mi vida. Se ha convertido en mi ejemplo de ser fuerte y ni siquiera lo sabe. Se ha convertido en mi mejor amiga y puede que tampoco lo sepa. 

Porque es difícil que entre tantos kilómetros, entre tantas tormentas, dos personas estén tan unidas como lo estamos nosotras. Y aunque hoy es su 56 cumpleaños y no puedo estar con ella, voy a abrirme una cerveza y a brindar en honor a su victoria, porque no muchas personas que conozca que hayan caído desde tan alto se ponen de pie con tanto estilo y cumplen un sueño en la carrera. 

Así que levanto mi vaso por ella. Por las batallas ganadas, por las lágrimas que ya han muerto, por los sueños cumplidos y por los que están por venir. Y por supuesto y la más importante, por lo muchísimo que la quiero. 

Feliz cumpleaños nena. Que sean muchos, muchos más! 


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