martes, 19 de mayo de 2015

Personas importantes




Ayer me encontré, rebuscando entre fotos de 2011, con unas de las que no me acordaba. 

Es de estas veces que sacas la cámara y haces fotos pero luego olvidas retocarlas y lo vas dejando, lo vas dejando, lo vas dejando... 

Estas fotos me recordaron algunas cosas que yo ya sabía pero que mucha gente, por aquel entonces, no quiso comprender. Yo estaba pasándolo mal, muy mal. Llevaba pocos meses después de haber roto una relación de casi cinco años con una persona. En ese período en el que las 24h del día son larguísimas y todo es horrible y sobrevives por inercia. 

Empecé a salir mucho para no pasar tiempo en casa y a conocer gente nueva, pero todavía estaba bastante jodida. 

Hubo una persona en el camino que me ayudó muchísimo y esa persona fue Ana. Se acercó a mi y se esforzó cada día en hacerme sonreír y eso se lo voy a estar agradeciendo toda mi vida. Cuando veo esas fotos y recuerdo cómo estaba, pienso: no sabía que por aquel entonces fuera capaz de reírme así. 


Lo bueno de Ana es que no era perfecta. Era una chica normal, con su carácter complicado, una mijilla intensa, pero un un corazón enorme. Y eso era genial, porque yo tampoco lo era y necesitaba estar cerca de gente que lo aceptase. Estaba en ese momento en el que cada paso que daba podía salir jodidamente bien o jodidamente mal, probablemente más inclinado a lo segundo. Decía todo lo que me venía a la cabeza sin pensar en los demás, disparaba palabras porque estaba jodida y daba pasos de ciego porque no podía avanzar de otra manera. 

Con ella ser imperfecta estaba bien. No tenía que fingir, ni esforzarme, ni intentar ser mejor. Me limitaba a ser yo, heridas incluidas, cagadas incluidas y nunca recibí un solo reproche por su parte. 


Es de las pocas personas que a pesar de todo, hoy por hoy, siguen aquí. Imagino que el tiempo pone a todo el mundo en su sitio y te demuestra quién está ahí de verdad y quien no. No hubo muchas personas de mi entorno que supieran entenderla, pero no me importó. Siempre supe quién era ella y lo sigo sabiendo a día de hoy. Una de las mejores chicas que conozco, que todavía saca cinco minutos del día para acordarse de mi y preguntarme cómo estoy a pesar de haberme fugado del país hace casi tres años. 

Y todavía, cuando hablo con ella un rato, hace que vuelva a sentirme bien. Porque hay otras cosas que vienen y van pero los amigos de verdad son difíciles de encontrar. Y no importa el tiempo que pase, se que siempre estará ahí y ella sabe que yo también. 

Al ver estas fotos pensé que le gustaría tenerlas. Y ya que iba a enseñárselas, igual también me iba tocando dedicarle unas palabras, porque se merece que le diga lo estupenda que es. 

Gracias por estar ahí y por quererme a pesar de lo que soy. 

No importa lo complicada que se ponga la vida, siempre que me necesites, estaré ahí. 


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